Solo quiero pediros una cosa: que busquéis un momento para escuchar el oratorio que inserto al final del texto. O hacedlo a ratos, si os resulta muy largo. Es una obra titulada «Un niño de nuestro tiempo», y fue compuesta entre 1939 y 1941 por el británico Michael Tippet.

Cuando la escribió, Europa estaba siendo devastada, – una vez más -, por el odio y, como siempre, los niños eran las primeras y las más injustas de las víctimas. Por aquel entonces eran los judíos quienes sufrían la más absurda de las persecuciones (si es alguna no lo es) y a ellos se dedica la obra.

Pero hubo otros niños de nuestro tiempo unos años antes en Armenia, unas décadas después en Yugoslavia y todavía hoy en el Kurdistán y en Siria. Y seguirá habiendo niños del tiempo de otras gentes que vendrán después y que pagarán como chivos expiatorios por los pecados de adultos para quienes no son nada más que daños colaterales. La ambición y el poder acaban con las vidas de inocentes incluso aunque no les roce una sola bala.

Va por ellos, por que no los olvidemos, porque es a quienes tenemos que defender. Por encima de cualquier otra cosa imaginable, ni religión, ni patria ni ideales. Ellos no tienen la culpa de nuestra cerrazón y nuestro paroxismo.

Hacedme ese favor y escuchad la obra.

Gracias.